¿Te parece que estoy un poquito paranoico?


El tipo se puso su sombrero negro y sus lentes oscuros, se conectó a Internet, comprobó que los antivirus funcionaban, pero aún no se sentía seguro. "A mí no me tendrán tan fácilmente", pensó.
Memorizó bien el código y luego tragó el papel, y con un gesto a lo Humphrey Bogart en Casablanca, parafraseó "¿Quién te está buscando , muchacho? ¿Tu jefe? ¿Sus competidores? ¿El gobierno? ¿Un investigador privado contratado por tu ex-amante? ¿Quién es usted? Yo soy el número dos ¿Quién es el número uno? Usted es el número seis".
Allí se topó con los ojos de ella, incrédulos y acechantes.
¿Te parece que estoy estoy un poquito paranóico?
-Sólo te pidió la contraseña el súpermercado on-line, no hagas tanto lío Ernesto- contestó su mujer, tirando a la basura el cd de la colección completa de "El prisionero" -No podemos seguir así-

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